domingo, 26 de octubre de 2014

meiuguayi


 quizá


rugir no sólo implica dudar de la carne absoluta, simple y sustancial -como movimiento del cuerpo, huida potencial- no se consuma en un acto, que obliga al pensamiento a proyectarse en el más allá, en una forma pura y vacía en la fisura del espejo, imitación de una figura orgánica, embalsamada, límite del juicio, interpretar su revelación -la paradoja- es exprimir un ladrillo