viernes, 6 de mayo de 2011

fontana conversaciones_con_un_tipo_notable_03

Dije tres palabras.
¿Cuál le llevó más tiempo?
La primera. Una vez que la pensé, la segunda apareció de golpe y porrazo, y la tercera una tarde, después de comer, a la hora de la siesta, hacía mucho calor. En realidad, no fue exactamente así. Después, entusiasmado, escribí muchísimo, pero me lo mutilaron casi todo. Me hicieron un descalabro y para colmo de todos los colmos me hartaron con la constante sanata sobre el significado de la vida.
Y entonces todo fue caducando. Un trabajo que valió realmente la pena, ¿no?
No. Y jure que me las iban a pagar. Mis mensajes fueron malinterpretados, y al final decidí abandonar todo. El último de mis textos se interpretó como un sofisticado intento de hacer una acusación difusa contra la humanidad en general. Pero en realidad, el mensaje era: Gracias por nada y adiós. Un fin triste, pese a los avisos, sí. Inútil hacerme el sorprendido. Son una de las más desagradables especies del planeta. No soy malvado pero tengo mal genio, soy burocráticos, entrometido e insensible. Y lo más importante, de ninguna manera me deberían permitir escribir. No puedo pensar o imaginar. Escribo mal. Sólo administro palabras. Mí intelecto no da más. Pero toda resistencia es fútil. Adiós. ¡Qué papelón! Adiós, adiós, adiós, adiós, adiós, adiós. ¡Adiós y gracias por el hartazgo!
¿A quién le importa? ¿Quiere exponer sus secretos? ¿Que sus pensamientos sean transmitidos al mundo?
No sé, estuve demasiado tiempo viendo tele.

jueves, 5 de mayo de 2011

fontana conversaciones_con_un_tipo_notable_02

— Me siento melancólico. Mi cerebro podría sufrir parálisis y quedaría como un vegetal. Me pongo a llorar cuando noto que nunca encontré un pelo en la sopa.
— No todo es trabajo bajo el sol. ¿También puede experimentar el amor?
— ¿Soy de carne/hueso?
— Es de carne y hueso.
— Vogliounadona. Una mujer. Un pedazo de hembra. Ardorosa, una mujer única. Labios ardorosos. Aliento ardoroso. Daría el alma por besarlos una y otra vez. La tierra ardería como el infierno. El infierno estaría frío. Un amor breve, enérgico, atropellado, irregular. Gemidos y exhortaciones debajo de las sábanas. Un gran ruido. Adulaciones y placer. Esa sí que sería un pedazo de mujer. Soy de carne y hueso.
— Una buena persona, un hombre decente que piensa demasiado, consciente de todo lo que sucede alrededor, y eso lo desgasta.
— ¿Por qué será?, si todo está en silencio. Como si el mundo hubiera muerto. Ojalá hubiera alguien para leerme. Todo un espectáculo. El espécimen y su arte. El mono en su rincón del mundo, con un espejo: Señoras y señores, compren su entrada para ver al mono en la jaula. Anímense, es divertido. Señoras y señores, con ustedes, el mono cosmológico que inventa lo que quieran saber. Demuestra su talento, su raciocinio animal, su ángel y su demonio. Cada persona es un abismo intangible, itinerante, una buena serie ordenada de palabra. Unos cuantos días de fiesta, farsa, comedia, baile y linchamiento llegado el momento.
— Da vértigo semejante desenfreno.

fontana dio




martes, 3 de mayo de 2011

fontana conversaciones_con_un_tipo_notable_01

— Yo en su lugar pasaría el tiempo contemplando la realidad.
— ¿Vino hasta acá solamente a deprimirme?
— Para eso cualquier lugar es bueno. Tenía un par de ideas que comentarle, pero tiene que pensar.
— ¿Será muy depresivo?
— Puede ser que sí.
— Puedo esperar.
— ¿Usted, cree en el destino?
— No. ¿No cree usted en todo lo que digo?
— No dije eso. ¿Qué está usted diciendo?
— No estoy diciendo lo que estoy diciendo. No estoy diciendo lo que estoy pensando. En realidad, no estoy pensando lo que estoy pensando. Sólo hay una sola cosa en mi mente. Necesito otra ginebra.
e— Está en pedo.
y— Claro. Por supuesto. No lo dude. Sí. Me parece que siempre le funciona.
— Se comporta como un imbécil.
— ¿Quiero ser feliz? ¿Qué opciones para la felicidad tendríamos en una sociedad controlada por sociólogos? ¿Le gustaría vivir en un mundo así?
— No. No me gustaría. ¿Supone que miento?
— Todos mienten.
— Una triste visión del universo.
— Es la única que tengo. Y funciona bien. ¿Sabes qué fue lo que me pasó?
— ¿Quiere exponer sus secretos? ¿Que sus pensamientos sean transmitidos al mundo?
— No. No puedo. Pero sé cómo hacerlo. Se toma una proposición lógica, sencilla, y la transforma para que al final diga lo que uno quiere decir, en lugar de lo que significa.
— ¿Esto le vino naturalmente o tomó clases de yudo para amantes de la filosofía? Da miedo.
— Lo que dice, es verdad. Es lo más cerca de la verdad que estará. Debería bastar para que se decida a hallar los límites de lo posible. Si decide quedarse, le diré el resto. ¿Cambiaremos el mundo?